No voy a decir que todo lo que dicen ahí está escrito en piedra, pero tienen muy buenas puntadas.
El artículo es “15 Entrepreneurs en Qué Desearían Haber Sabido Cuando Empezaron” (en inglés) y entre ellos está James Green, que dice que “no debes aferrarte mucho a un negocio”.
Según Green, los negocios están para hacer dinero y, como el dinero no compra el amor, "por extensión no tiene sentido amar una compañía".
Aunque se oye muy frío, tiene toda la razón con las oportunidades de humo.
Cuando tú empiezas un negocio es común encariñarte… A ti se te ocurrió, tú trabajaste y lo hiciste desde abajo.
Puede no tener sentido, pero es normal que te aferres a tu negocito.
Pero, ¿una oportunidad de humo?
Tú no la empezaste, tú no la manejas y tú no tienes mucho que decir al respecto. Lo único que haces es promocionarla y defenderla contra los tipos como yo.
Sin embargo, en cuanto empieza a perder dinero (como ha pasado con la gran mayoría de las que he visto desde hace años), hay gente que brinca y las defiende como si fueran sus hijas.
Aquí sí, de plano, no tiene sentido.
¿Quieres entrarle a alguna oportunidad de humo? Nada más no te enamores.
En todas dicen que debes tener fe y no dejarla aunque te amenacen, pero eso es solo para seguir sacándote lana.
Si la súper oportunidad dice que te va a dar el 10% de rendimiento por semana durante 3 meses, entonces en 3 meses deben poder cobrar tu capital y tus intereses.
Si no pasa eso, entonces byes. Nada de que “lo que pasa es que es mucha gente” o “están preparando un pago para todos” o “deja tu capital para que te ganes más”.
Si no da lana en 3 meses o no tienes 100 referidos diarios o no ganas dinero en las siguientes dos horas, entonces hay que hacerse a la idea de que no sirve y seguir adelante.
Al menos así no perderás mucho dinero. Claro que mejor no entrar, pero si ya le entraste al menos no te enamores. Así no te podrán ver la cara mucho tiempo.
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