Parecería que éste propósito cabe muy bien en el de ayer, pero decidí separarlo porque hay que tomarlo completamente aparte por las grandes implicaciones que tiene.
De todos modos, es algo que tienes que hacer después de que decidas revisarte tal y como eres, aunque no te guste lo que veas.
Como comenté ayer, evaluar objetivamente lo que haces no es fácil y es probable que tu ego o tu flojera se metan un poco en el camino.
Sin embargo, es algo que puedes quitarte de en medio con un poco de práctica. El asunto ahora es qué hacer con tu evaluación.
Y aquí entramos en materia con lo de tu siguiente gran propósito que es: mejorar.
Sí, ya sé que suena obvio, especialmente si leíste la entrada anterior, pero también hay que hablar un poco de tu naturaleza: la humana.
Todos sabemos que haciendo ejercicio nos hacemos más fuertes y duramos más. Todos sabemos que dejando de fumar y de tomar alcohol tendremos una vida más larga y sana. Todos sabemos que el respeto al derecho ajena es la paz.
Y sin embargo, la gran mayoría seguimos comiendo de más, tomando, echados viendo la tele, estacionándonos en doble fila o pasándonos los semáforos en rojo.
¿Por qué seremos así los humanos? No sé, pero la realidad es que lo somos. Así como puede ser difícil aceptar una evaluación objetiva, que vemos más bien como crítica, es más difícil dejar nuestra naturaleza para mejorar.
Tener un negocio próspero, que te dé a ganar dinero y hasta independencia, requiere de varias dosis de “remodelación” interior, tal vez tanto o más que herramientas, cursos o sistemas.
Son pocos los que se preocupan por mejorar, aunque sepan exactamente qué tienen que cambiar, como sucede en las evaluaciones de trabajo o académicas.
Nos dicen qué es lo que está mal y, a veces, hasta lo que hay que hacer para mejorarlo.
Ante esto hay dos actitudes que agarra la mayoría: la de resistencia, que toman como rebeldía utilizando alguna tarugada como decir “Solo me dice eso porque ____” (Aquí puedes poner lo que más te guste, como no soy el hijo del dueño, soy pobre, se va a acabar el mundo, etc.) y la segunda decir “Sé que está mal, pero así soy yo”.
¿Has tenido alguna de estas dos? Podría apostar que sí. No te sientas especial; la gran mayoría de nosotros las hemos tenido. Lo interesante es, ¿puedes dejar de tenerlas? Porque, mientras las tengas no hay mucho que puedas hacer para ganarle a los muchos otros que buscan independencia en Internet o, para el caso, en cualquier otra cosa.
¿Puedes cambiar lo que tienes que cambiar para poder tener tu negocio? ¿Estudiar, leer, dejar de ver novelas, bajarle a las borracheras?
Éste puede ser el propósito más importante que tengas que hacer, si es que realmente buscas ganar más dinero del que recibes ahora.
Mañana verás el séptimo propósito del 2012 para tener un negocio en Internet. No te lo pierdas y Suscríbete aquí.
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