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lunes, 5 de septiembre de 2011

Los Quesos De Larrazabal

¿Qué me meto yo en política si estoy en otra cosa? Pero como ya he dicho, es mi blog y me pareció entretenida la cosa como para no hacer un comentario, especialmente por una conversación al respecto que tuve ayer.

Desde que apareció en video el hermano del alcalde de Monterrey, Manuel Jonás Larrazabal, las cosas han estado calientes para el edil.

Primero diciendo que su hermano se tendría que rascar con sus uñas y después diciendo que no fueran mal pensados, que lo que pasa es que les vende quesos a los casinos y por eso recibe algunos fajillos con billetes.

Ok… eso puede ser posible. ¿Quién eres tú para decir que los casinos no compran queso? ¿A poco no te dan queso botanero en palillitos cuando vas a jugar a las maquinitas o la ruleta?

Digo, hay políticos que tienen muy buenas salidas, pero éste cuate sí merece reconocimiento por su creatividad, aunque no efectividad. En fin, como es el hermano y el edil dice que no sabe bien a qué se dedica, el escándalo lo salpica pero no lo moja completamente.

Por cierto, ya está trabajando en quitarse esas salpicaduras; hay una página de Facebook (en anuncios pagados; recuerda que te puedes promocionar en Facebook como en Adwords) que se llama “Yo Creo En Larrazabal” (sin enlace Mr. Mayor… gástese su dinerito en la campaña).

En fin… que si es, que si no es, que si sabía, que si no sabía, que si anda con los Zetas y cobra piso… Tu teoría es tan buena como la mía. Sin embargo, no es lo que me sorprende de esto.

Lo que me sorprende es que haya tantas personas, como alguien con quien hablé ayer, ¡que se sorprenden!

No sé de qué país o época eres, pero existe algo llamado tráfico de influencias, que probablemente se remonta a la era de las cavernas, que da vida a los negocios con los políticos.

Verás, el tráfico de influencias es como el sexo prematrimonial… mucha gente lo hace pero nadie habla de él. Es una de esas cosas que se tratan mejor debajo del agua. Todos sabemos que muchos permisos, créditos y regulaciones se “aceitan” con el político en turno.

¿Por qué no los meten a todos a la cárcel? Simple, porque no lo hacen ellos. Una figura pública siempre tiene un fall guy, que es el que pagará por cualquier cosa que salga mal. Total, cuando se olvide el asunto, se puede arreglar todo. “Ni modo manis… algo tienes que hacer para sacar lana”.

Desde los tiempos de gloria del PRI hasta la actualidad con el PAN, es casi tradición que la influencia de una figura pública es aprovechada por sus familiares directos, a veces con su apoyo, a veces sin que se enteren.

¿Cuántas puertas se te pueden abrir solo diciendo “Soy hermano del alcalde”? ¡Claro que puede ser buen negocio!

Así que la cosa no es ver si hay quesos marca “Larrazabal”; la verdadera cuestión es cómo quitar esto.

¿No debería haber una ley específica y más dura para los familiares? Jaja, ¿y quién la aplicaría si un familiar está a cargo del gobierno? Bueno… cosas hermosas de la política.

En fin, después de un sesuso análisis político (ja), mañana volveré al tema de Internet. Por cierto, no olvides suscribirte al SEOMétrico para que veas tus videos gratuitos para conseguir una buena posición en Google.

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