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viernes, 19 de agosto de 2011

¿Por qué atendemos PITAs?

La entrada pasada comenté acerca de los clientes PITA (“Pain In The Ass” customers). Supongo que ya tendrás tu traducción lista.

El problema con los clientes PITA es que hay en todos lados. No conozco una sola industria, mercado o actividad en la que falte una persona que se hace que la virgen le habla y que todos sus deseos, por ridículos que sean, deben ser cumplidos.

Ahora, ¿por qué hay gente que se avienta a lidiar con PITAs? En algunos mercados como el de hospitalidad (hoteles, restaurantes, etc.), no les queda de otra pero, ¿Por qué en Internet?

Veamos algunas:

Las primeras ventas. Yo viví lo mismo que tú. Las cuentas vacías, los reportes de tráfico en cero, los letreros de “Total ventas: 0.0”.

Y también me llegó un PITA que me exigió mil cosas y yo, con tal de borrar ese cerote, hice lo que puede.

Si estás en esta situación y hay alguien enviándote correo tras correo o llamándote a todas horas, te comprendo y te daré una estadística sumamente triste.

De todos los clientes PITA que atendí, ninguno, déjame repetir, ninguno me compró nada. Todo fue pérdida de tiempo y frustración.

¿Te suena conocido?

Tu reputación. Si hay alguien que hable mal de ti, tendrás mala reputación y éste es el argumento que más utilizan los PITAs: “O me haces caso o me quejo con todo mundo”.

En primera, siempre habrá alguien que hable mal de ti, así que no te lo tomes tan a pecho. De hecho, mala reputación es reputación y es mejor que no tener ninguna.

Y lo más importante: a los PITAs nunca los tendrás contentos, así que de todos modos hablarán mal de ti. Supéralo.

Ayudar al prójimo. Sí, ya viste que es un PITA pero, ¿no es tu deber “hacer el bien sin mirar a quién”?

Una característica de las novelas es que los villanos no solo son muy malos sino que tienen una mente privilegiada para jorobar al prójimo. La bondad de los buenos prácticamente raya en la estupidez.

Ayudar a los demás es parte de éste rollo, pero siempre “en los límites de lo razonable”. Y no es una cuestión de egoísmo. Más sobre esto en la siguiente entrada del blog. Verás que tiene sentido.

¡Quiero que me quieran! La primera vez que recibí un correo insultante lo sentí físicamente. Me puse pálido, se me retorció el estómago y me sudaron las manos.

No podía creer que, a pesar de todos mis esfuerzos por hacer todo bien, alguien me dijera que era un farsante, un copión y que me fuera al diablo.

Hoy ya me da risa y también a ti te dará risa. Por cada persona que te considere de valor, habrá otra que dirá que no sirves.

Que los demás reconozcan nuestro esfuerzo y nos den un poco de consideración es un deseo en la gran mayoría de las personas, pero tampoco hay que llevarlo al extremo.

Es un principio básico del universo: a toda acción corresponde una reacción de igual magnitud y en sentido contrario.

Los PITAs son el sentido contrario. Supéralo también.
***

¿Qué hacer entonces con los PITAs? Cada quién tiene su idea, pero yo me voy por lo práctico, que verás en la siguiente entrada.

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