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lunes, 21 de marzo de 2011

Y sin embargo, se escribe...

Todavía no son las 12 y parece que el día va a ser todavía peor de lo que ha sido hasta ahora. Y todavía tengo que hacer una de las cosas más importantes en este negocio.

Primero soñé con algo que, aunque no sea cierto, me dejó despierto desde las 4 am. Después de dormitar viendo algunas malas películas tuve que salir a las 6 para cerrar la llave de paso, ya que una fuga amenazaba con inundar mi auto.

La computadora decidió apagarse y negarse a encender de nuevo, como reclamándome una formateada que tenía atrasada desde hacía tiempo.

Después de disfrutar de vociferaciones de esa mujer con la fuga y mi desidia hacia el color de las cortinas, tuve que buscar alguien que arreglara la fuga en menos de dos semanas mientras se formateaba la computadora.

El plomero tardó en llegar y cobró bastante por 5 minutos de trabajo, pero al no saber nada acerca de eso no me quedó más que pagar con una sonrisa.

Como me agarraron afuera, dos religiosos quisieron hablarme acerca de su Dios, a lo que me negué durante casi 20 minutos. Tal vez hubiera sido mejor hablar con ellos…

En fin, todos tenemos días de estos. Aunque a veces todo parece alinearse para lograr tus metas y tienes toda la motivación del mundo, hay veces que todo parece conspirar en tu contra, desde una falla en Internet hasta el pájaro que decide hacer su gracia en tu traje nuevo.

Sin embargo, deja te digo que no hay nada en especial para ti. Esto es común para TODOS. Como dice la canción, “el sol nace para todos”, aunque a algunos los alumbre y a otros los deje prietos.

Así que hay que ponerse bien los pantalones, dejar el lloriqueo y hacer lo que hay que hacer, que en mi caso es escribir éste sesudo contenido.

¿Dónde terminará? ¿Gustará o no gustará? ¿Pasará al olvido el día de hoy o permanecerá como mi legado mucho después de mi muerte?

Hoy sinceramente no me interesa. Aunque esta entrada no habla directamente de cómo ganar en Internet, sí habla de lo que vivirás algunos días y cómo hay que hacerse hombrecito (o mujercita) y terminar el trabajo, cualquiera que éste sea.

Si amaneciste de malas, déjame darte la bienvenida al club. Sin embargo, alégrate; el día no durará más de 24 horas y tal vez mañana todo amanezca en su lugar para que estés a gusto.

¿Quién sabe? Esperemos a mañana…

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